OBSERVACIONES PREVIAS PARA LA PRÁCTICA DE PRANAYAMA
Quien posea una cierta consciencia de su propio cuerpo, y, por lo tanto, de los movimientos de la respiración, puede proseguir con la práctica del Pranayama y gozar de los grandes beneficios que siempre le acompañan, aunque ten en cuenta que “si quieres ir deprisa, camina lentamente”.
Cuando, donde y cómo practicar
- El mejor momento para el ejercicio es por la mañana temprano, o después de la puesta del sol, pero si no es posible hacerlo a estas horas cualquier momento puede servir teniendo en cuenta que lo más importante es la regularidad y la constancia en la práctica.
- Practica en el mismo sitio y en las mismas condiciones ambientales, en un lugar limpio y bien ventilado y tranquilo, donde no puedan interrumpirte.
- No es conveniente quemar incienso porque el humo puede irritar las vías respiratorias.
- Preferiblemente, salvo los sonidos de la naturaleza, el silencio debe ser absoluto para facilitar la concentración en cada detalle del proceso; pero si el lugar es ruidoso puede practicarse con música relajante.
- Es preferible practicar los ejercicios de pranayama con el estómago vacío, si esto no fuera posible, podrás beber una taza de leche, te, café, o cacao, deberá realizarse lejos de las comidas.
- Es aconsejable no ducharse hasta media hora después de la práctica de pranayamas para permitir que la temperatura corporal se normalice.
- No debe sentirse ninguna presión en el interior de los oídos durante la práctica del pranayama.
- La respiración se hará por la nariz, salvo los casos expresamente indicados.
- Generalmente, el pranayama se practica después de las asanas. Si la práctica de asanas es fuerte, el pranayama se puede efectuar antes de ellas. Pero si las asanas no son fatigantes o si se puede hacer una buena relajación tras ellas, es mejor practicar pranayama después de las posturas.
- Cada uno debe medir su capacidad al emprender el ejercicio del pranayama y no sobrepasarla de ninguna manera para no fatigar indebidamente los pulmones.
- Aunque las técnicas iniciales pueden aprenderse en clases colectivas, la enseñanza avanzada y la práctica deben ser solitarias. Cuando la práctica alcanza un nivel determinado, la asistencia personal de un maestro es fundamental.
- Tradicionalmente en una práctica avanzada, se debe practicar cuatro veces al día, durante media o una hora cada vez, dependiendo del programa del practicante. Sin embargo, salvo los «profesionales» del pranayama, la práctica se reduce a una o como mucho dos veces diarias, entre 10 y 30 minutos de práctica por sesión.
- Una respiración regular proporciona buena salud a los nervios y una serenidad para la mente.
- La respiración debe hacerse cada vez más silenciosa y suave, cada vez más lenta permaneciendo siempre profunda. La concentración es el elemento esencial.
La posición correcta
- Se pueden adoptar varias posiciones como Padmasana (la posición del loto, completa o parcial), Siddhasana, Vajrasana (la posición del diamante), Sukhasana (sentado, con las piernas cruzadas).
- Evita cualquier esfuerzo por parte de los músculos del cuello, hombros, brazos, muslos y pies, que deberán mantenerse relajados.
- Mantén la columna vertebral alargada, si te inclinas hacia delante sobre el abdomen, los movimientos respiratorios se verán comprimidos y alterados, la atención será mucho menos estable y el prana circulará de forma deficiente.
- Los ojos cerrados durante todo el ejercicio para permitir que la mente se vaya recogiendo hacia adentro, para que no se distraiga con los objetos externos.
- Es evidente que cuando quieras respirar con una parte de los pulmones, las otras también están implicadas; se trata únicamente de dar un mayor énfasis a una de ellas.
- Cuando estés suficientemente entrenado, la respiración se volverá fluida y profunda de manera espontánea.
- Si en cualquier ejercicio de respiración se produce algún mareo, no hay que preocuparse, es natural, porque no estamos acostumbrados a respiraciones largas y profundas, con sólo suspender el ejercicio de inmediato se normalizará el mareo.
En caso de congestión nasal
- Si tienes congestionada parcialmente una fosa nasal (o las dos), se pueden practicar respiraciones alternas ayudándose con los dedos que no taponan la fosa nasal para abrir ésta lo suficiente como para permitir que el aire entre y salga sin dificultad.
- Si la congestión no es muy fuerte, se debe iniciar la práctica del pranayama con un kapalabhati suave, sin forzar la espiración al punto que se taponen los oídos.
- Si la congestión es más severa, pero se puede utilizar la nariz para respirar con suavidad, se puede intentar la práctica de ujjayi inspirando y espirando por ambas fosas nasales.
- Las fosas nasales suelen descongestionarse un poco tras permanecer unos minutos en total quietud en una postura de meditación; por tanto, no hay que iniciar la práctica inmediatamente después de incorporarse de la postura de relajación.
- En todos estos casos, hay que practicar Neti (método yóguico de lavado nasal) antes del pranayama.