Una vez se dominan las asanas y se ejerce control (del cuerpo), con una dieta balanceada, se deben practicar pranayamas de acuerdo con las instrucciones del gurú. Hatha yoga pradipika (2:I)
- Pra es un prefijo que significa constante.
- An significa movimiento.
- Ayama significa controlar y expandir o alargar.
De ahí nace el término para denominar el conjunto de técnicas de gestión de la respiración, pranayama: control o expansión del prana, de la energía universal que recorre nuestro cuerpo, de este modo y por medio de los pranayama regulamos el prana en nuestro interior, a través de estos ejercicios respiratorios y de esta forma influir en una mayor adquisición del exterior y en su distribución dentro del cuerpo. El objetivo es doble:
- Cargarnos de energía vital que nos mejore la salud física.
- Activar ciertas energías latentes en nuestro interior que nos puedan conectar con otra dimensión más profunda, con otra forma de “ver” la realidad.
La realización de una asana comporta un determinado tipo de respiración, por lo que la conciencia en la respiración es el paso que sucede y acompaña a la asana.
Esta conciencia es la que nos va a permitir transformar una función fisiológica, la respiración, en algo más. Pranayama nos va a permitir sentir la respiración y ampliar su movimiento, su profundidad e ir adecuando su ritmo a los objetivos que tengamos.
Existe una doble correspondencia entre la actitud mental, la emocional y la respiración. Cualquier alteración física, emotiva o mental influye en la respiración. Por ejemplo, al tener el estómago lleno, se limita el movimiento diafragmático y se acorta la respiración, en un estado de estrés se tensiona la musculatura de la espalda y también se acorta la respiración.
El estado de atención – relajación que empieza en el asana nos va a permitir pues liberar y ampliar esa respiración mejorando así todo el mecanismo básico de intercambio energético (O2- CO2) en las células del cuerpo, minimizando el trabajo de todo el organismo. Las diferentes técnicas de pranayama, tanto las que provienen de la tradición del Yoga como la que lo hacen de las artes marciales, Qi Gong o del canto (mantras, oración), nos conducen a estados más sutiles de percepción y nos facilitan el camino hacia técnicas y ambientes más espirituales y/o mentales. La respiración completa, Nadi sodana, Ujjayi, Kapalabatti o los pranayamas cuadrados son ejercicios básicos de pranayama.
Pranayama nos acerca un estado más sutil y más consciente que nos permite reencontrar el espíritu y acercarnos a una nueva etapa en nuestro Yoga.