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Comencemos nuestro análisis del proceso digestivo por donde comienza el proceso en sí: en la boca. Cuando masticas un trozo de comida, las glándulas salivales localizadas en las mejillas y bajo la lengua segregan enzimas digestivas. Luego, cuando tragas, complejos mecanismos neuromusculares se asegura n de que el alimento entre en el esófago (el tubo que lleva la comida al estómago) y no en la tráquea, que conduce a los pulmones. Aunque normalmente la fuerza de gravedad colabora, la acción muscular del esófago es capaz de transportar la comida hasta el estómago aun cuando estés cabeza abajo (posición que no es recomendable para comer).
Desde el esófago, la comida entra en el estómago, donde las poderosas secreciones ácidas matan las bacterias y se produce el almacenamiento de la comida. En verdad, el in testino delgado, que sigue al estómago en el tracto GI, es un ambiente bastante estéril, como resultado de las actividades estomacales, aunque existen parásitos, como los gusanos de cinta y los gusanos de gancho, que son capaces de pasar indemnes por el es tómago. Junto con la limpieza bacteriana de la comida ingerida, la digestión continúa en el estómago por dos medios: la trituración mecánica del alimento, que se produce por la acción muscular del estómago, al tiempo que fuertes enzimas digestivas descompo nen el alimento en sus partes constitutivas.
Es interesante apuntar que, si bien el ácido clorhídrico y las enzimas digestivas del estómago tienen potencia suficiente para atacar y disolver las carnes y proteínas pesadas, en condiciones normales estos ácidos no dañan el revestimiento del órgano en sí. No obstante, cuando esta protección natural se ve comprometida, pueden producirse erosiones de la pared estomacal. Es lo que conocemos como úlceras pépticas.

El Ayurveda enseña que los procesos digestivos de la boca y el estómago están dominados por el dosha Kapha. Kapha regula los líquidos de todo el cuerpo, incluidas la saliva y las diversas secreciones del revestimiento estomacal. Cuando se desequi libra la fisiología de un individuo Kapha, pueden presentarse náuseas causadas por la excesiva producción de ácidos estomacales; también suele presentarse una sobreabundancia de mucosidad, tanto en el tracto digestivo como en el sistema respiratorio. Los ataques de vómitos se presentan con más frecuencia entre los tipos Kapha que entre otros individuos, como resultado de la acumulación de mucosidad en el estómago. Esto puede ser consecuencia de un consumo excesivo de alimentos dominados por Kapha, especialmente las carnes grasas y los productos lácteos. Al abandonar el estómago, la comida pasa al intestino delgado, que es, en muchos aspectos, La parte más importante de todo el tracto digestivo. Esta zona está dominada por el dosha Pitta, que controla la secreción de las enzimas digestivas del intestino delgado.

El intestino delgado se llama así por su diámetro estrecho, pero mide seis metros de longitud. Se divide en secciones, cada una de las cuales tiene su propio papel en el proceso digestivo. El interior está revestido por millones de diminutas proyecciones llamadas “vellos” que, al aumentar en gran medida la superficie, permiten que el intestino absorba los nutrientes y los transporte al torrente sanguíneo. Entre las dolencias más peligrosas que pueden afectar al intestino delgado figura la incapacidad de absorber la nutrición, aun cuando la comida haya sido correctamente digerida.

Desde la perspectiva ayurvédica, el intestino delgado puede ser la sede de muchas dolencias, sobre todo por ser el asiento de agni, el fuego digestivo. En sánscrito se denomina al intestino delgado grahani, que significa “el que capta cosas”. En otras palabras: el intestino delgado, por el proceso de absorción, “capta” la esencia de los alimentos; es allí donde se metaboliza la comida en el plano de su inteligencia nutritiva.

Un mal funcionamiento del intestino delgado puede tener muchas consecuencias, que van desde la diarrea, la fatiga y el apetito escaso al problema más serio de la mala absorción. Muchos médicos ayurvédicos consideran que la mala absorción intestinal está mucho más extendida de lo que la medicina occidental reconoce; como es difícil de diagnosticar en niveles bajos, simplemente pasa inadvertida para muchas personas, así como para sus médicos, según el punto de vista ayurvédico.

Con frecuencia la causa de la mala absorción intestinal es una dieta insalubre, sobre todo cuando se acentúa un tipo de alimento a expensas de todos los demás lo que puede perjudicar el fuego digestivo. Las medicaciones mal aconsejadas, como laxantes y calmantes, o los estimulantes como la cafeína, también pueden provocar este problema. Los tipos Vata, que tienden a beber mucho café, son especialmente propensos a la mala absorción.

La solución a la mala absorción intestinal es una dieta variada, que evite los alimentos difíciles de digerir o los extremos de todo tipo. Las comidas deberían ser de tamaño moderado. Los alimentos no deben consumirse crudos ni demasiado cocidos; también se deben evitar las comidas frías o muy calientes. El suero de la leche, como veremos, es muy beneficioso para este problema.
Cuando el intestino delgado funciona bien, la inteligencia nutritiva que absorbe entra en el sistema circulatorio para nutrir a toda la fisiología. Muchos nutrientes viajan al hígado, donde intrincados procesos metabólicos colaboran para convertir la comida en energía. El hígado es también muy activo en cuanto a eliminar las impurezas tóxicas del sistema.

Por ser un órgano Pitta, el hígado origina emociones tan “calientes” como la cólera, la envidia y la ambición. Como resultado, el Ayurveda enseña que el hígado es propenso a recalentamientos, causa de muchas enfermedades inflamatorias. Órganos tales como el páncreas y la vesícula biliar también colaboran en el complejo trabajo de digerir la comida. El páncreas tiene un papel importante en la digestión, mediante la producción de insulina y otras hormonas, mientras que la vesícula biliar almacena y segrega la bilis, un líquido verde y aceitoso, producido por el hígado, que asiste en la digestión de las grasas. Todas estas funciones están bajo el control d e Pitta, que significa literalmente “bilis” en sánscrito.

Normalmente la comida tarda de tres a cinco horas en recorrer el intestino delgado; en ese tiempo se absorben muchos de los nutrientes necesarios para sustentar el cuerpo. La restante mezcla de comida sin digerir, principalmente en estado líquido, está ahora lista para pasar al colon, un tubo muscular de un metro veinte de longitud, aproximadamente. El colon se denomina también “intestino grueso”, porque su diámetro equivale aproximadamente al de un puño, mientras que el del intestino delgado es apenas como el del dedo gordo del pie. Dentro del colon se absorben nutrientes vitales para el cerebro y para todo el sistema neurológico del cuerpo. Esta tercera y última etapa de la digestión está bajo e l control del dosha Vata (aire). Los tipos Vata desequilibrados suelen sufrir de gases o estreñimiento, debido a un funcionamiento deficiente del colon.

Desde el esófago hasta el comienzo del colon, el tracto digestivo está casi libre de bacterias. Pero el colon contiene más de cuatrocientas especies bacterianas distintas, que desempeñan un papel activo en la absorción del exceso de agua y nutrientes y en el paso de las heces a través del colon para su evacuación final. De hecho, más o menos un tercio del material presente en el colon es de naturaleza bacteriana y se estima que es bacteriana hasta la mitad de las deyecciones que eliminamos diariamente.

El tiempo que pasa el material de desecho atravesando el colon depende del individuo; puede variar entre cuatro horas y tres días; luego el material entra en los treinta últimos centímetros del tracto digestivo es decir el recto. Una vez en el recto, el desecho estira las paredes del intestino y estimula el impulso reflejo de evacuación.

El patrón de eliminación de cada uno, así como las características físicas de las heces en sí, son indicadores clave de la cualidad de tu digestión. Es importante prestar atención a estas importantes señales de la salud o el desequilibrio fisiológicos. Por ejemplo: si tus heces tienen consistentemente mal olor, esto sugiere la presencia de toxinas en el sistema GI en su totalidad y, en particular, una digestión inadecuada en el intestino grueso. El Ayurveda prescribe varias especias para mejorar la absorción colónica, entre las cuales las más comunes son la pimienta negra, el jengibre y la nuez moscada.