La esencia del pranayama es la cesación voluntaria de la inspiración y la espiración. Esta retención del aliento, denominada en sánscrito kumbhaka, es la práctica más importante. Se efectúa con los pulmones completamente llenos (antara) o completamente vacíos (bhaya).
La fisiología de la retención en la respiración implica cambios cardíacos, circulatorios y respiratorios, todos ellos muy importantes.
Las retenciones intensifican la producción de la energía y los intercambios de esta energía en todo el cuerpo. La retención se debe ir logrando gradualmente no hay que exagerarlas ni forzarlas, algunas veces pueden producir molestias, pero al suspenderlas se pasaran.
La liberación de energía en todo el cuerpo es repartida en todo el organismo, el practicante dirige a voluntad la energía hacia la parte del cuerpo que él quiere. La energía desprendida (prana) queda disponible para elevados fines psicofisiológicos.
En esta fase de retención interna es muy importante el aumento de presión dentro del pecho y el abdomen, así como mantenerla durante largo tiempo sin experimentar efectos adversos. A tal fin, el uso de los bandhas es imperativo.
La fisiología de la retención en la respiración implica cambios cardíacos, circulatorios y respiratorios, todos ellos muy importantes.
Las retenciones intensifican la producción de la energía y los intercambios de esta energía en todo el cuerpo. La retención se debe ir logrando gradualmente no hay que exagerarlas ni forzarlas, algunas veces pueden producir molestias, pero al suspenderlas se pasaran.
La liberación de energía en todo el cuerpo es repartida en todo el organismo, el practicante dirige a voluntad la energía hacia la parte del cuerpo que él quiere. La energía desprendida (prana) queda disponible para elevados fines psicofisiológicos.
En esta fase de retención interna es muy importante el aumento de presión dentro del pecho y el abdomen, así como mantenerla durante largo tiempo sin experimentar efectos adversos. A tal fin, el uso de los bandhas es imperativo.
Técnica con los pulmones llenos
Efectúa varias respiraciones completas y profundas igualando los tiempos de inspiración y espiración, sin llegar al cansan-cio, dejando que sea fluida y relajada.
Después de 4 o 5 respiraciones, inspira y suspende el movimiento respiratorio con los pulmones completamente llenos.
Mantén la suspensión aproximadamente la mitad del tiempo invertido en inspirar y reanudar el movimiento respiratorio, espirando despacio y profundamente.
Repite de la misma forma 4 o 5 respiraciones más.
Si la respiración sigue siendo cómoda, puedes alargarla el tiempo de la suspensión hasta que se igualen las tres fases respi-ratorias.
Si al término de la espiración notas angustia o una necesidad acuciante de inspirar, detente y respira normalmente dos o tres veces antes de reanudar el ejercicio.
Técnica con los pulmones vacíos
La retención con los pulmones vacíos se denomina bhaya kumbhaka. Se aprende una vez que se domina la técnica con los pul-mones llenos.
Efectúa varias respiraciones completas y profundas igualando los tiempos de inspiración y espiración, sin llegar al cansan-cio. La respiración debe ser fluida y relajada.
Después de 4 ó 5 respiraciones, espira completamente y suspende el movimiento respiratorio con los pulmones vacíos.
Mantén la suspensión aproximadamente la cuarta parte del tiempo invertido en espirar y reanuda el movimiento respirato-rio, inspirando despacio y profundamente.
Repite de la misma forma 4 ó 5 respiraciones más.
Si la respiración sigue siendo cómoda, puedes alargar el tiempo de la suspensión hasta la mitad del tiempo invertido en espirar.
Si al término de la suspensión notas angustia o una necesidad acuciante de inspirar, detente y respira normalmente dos o tres veces antes de reanudar el ejercicio.
Durante la retención, hay que concentrar la atención en las reacciones corporales, especialmente en el tórax, y escuchar los lati-dos del corazón.
Si todo es correcto, después de pocos segundos, el corazón calma sus pulsaciones y se pone a latir con tranquilidad y fuerza. Después sobreviene la conciencia de la circulación sanguínea en forma de una pulsación que parece estremecer rítmicamente todo el tórax.
Después de un tiempo, el organismo reclama aire. No hay que resistir demasiado tiempo este deseo, dejando que la espiración se realice por sí misma casi insensiblemente.
Si todo es correcto, después de pocos segundos, el corazón calma sus pulsaciones y se pone a latir con tranquilidad y fuerza. Después sobreviene la conciencia de la circulación sanguínea en forma de una pulsación que parece estremecer rítmicamente todo el tórax.
Después de un tiempo, el organismo reclama aire. No hay que resistir demasiado tiempo este deseo, dejando que la espiración se realice por sí misma casi insensiblemente.
Contraindicaciones vacíos