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Articulación de la rodilla

Articulación de la Rodilla

La rodillas es una de las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo humano. Es una articulación sinovial y se encuentra entre el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla), con la rótula (patela) ubicada en la parte anterior.

Huesos que la componen:

Los huesos que componen la articulación de la rodilla son el fémur, la tibia y la rótula. El extremo inferior del fémur se articula con la parte superior de la tibia, mientras que la rótula se encuentra en la parte anterior de la articulación, deslizándose sobre el fémur cuando se flexiona o extiende la rodilla.

Tipo de articulación:

La articulación de la rodilla es una articulación sinovial, específicamente una articulación troclear o en bisagra. Esto significa que permite principalmente movimientos de flexión y extensión, similar a una bisagra, pero también tiene cierta capacidad para la rotación en movimientos más complejos.

Movimientos:

Los movimientos principales que se producen en la articulación de la rodilla son:

  1. Flexión: Doblar la rodilla hacia atrás, acercando el talón hacia los glúteos.
  2. Extensión: Estirar la rodilla, alejando la tibia del fémur y enderezando la pierna.
  3. Ligera rotación interna y externa: La rodilla permite una pequeña cantidad de rotación interna y externa, especialmente cuando la rodilla está flexionada.

Ligamentos:

La articulación de la rodilla está reforzada por varios ligamentos que brindan estabilidad y limitan el movimiento excesivo. Los principales ligamentos de la rodilla son:

  1. Ligamento cruzado anterior (LCA) y Ligamento cruzado posterior (LCP): Estos ligamentos cruzan en el interior de la articulación de la rodilla y se encargan de proporcionar estabilidad anteroposterior, evitando el deslizamiento excesivo entre el fémur y la tibia.

  2. Ligamentos colaterales: Hay dos ligamentos colaterales, el ligamento colateral medial (LCM) y el ligamento colateral lateral (LCL), que se encuentran a cada lado de la articulación. Estos ligamentos brindan estabilidad lateral, evitando que la rodilla se desplace hacia los lados.

  3. Ligamento Patelofemoral Medial (LPFM) y Ligamento Patelofemoral Lateral (LPFL): Estos ligamentos están ubicados en la parte anterior de la rodilla y ayudan a estabilizar la rótula, asegurando que se deslice adecuadamente en el surco troclear del fémur.

  4. Ligamento meniscofemoral: Se encuentra en la parte posterior de la articulación y se une al menisco lateral, ayudando a estabilizarlo.

  5. Ligamento meniscotibial: También ubicado en la parte posterior, se une al menisco medial, contribuyendo a su estabilidad.

Estos ligamentos trabajan en conjunto para mantener la estabilidad de la articulación de la rodilla durante la actividad física y los movimientos diarios, protegiendo los huesos y proporcionando soporte estructural.