Los chakras se conocen desde la antigüedad, las culturas orientales y místicas coinciden en que existe una Energía Universal (prana, chi, Ki, mana) que impregna y sustenta al cosmos en su totalidad como una unidad, y una de sus manifestaciones, en una frecuencia de vibración más baja, es la Fuerza Vital que es la energía que mantiene vivas a todas las entidades.
Nuestro cuerpo físico o material está animado por esta Fuerza Vital que absorbemos por unos vórtices de energía denominados Chakras (en sánscrito significa, rueda o disco que gira) actuando, por tanto, como centros receptores, transformadores y transmisores de la energía sutil y con una función vital concreta para nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Los textos antiguos mencionan miles de ellos, aunque los más importantes son una cuarentena. Los chakras principales, de los que hablaremos aquí, son siete y unidos por su centro a través del canal central, Sushumna (canal energético principal de nuestro cuerpo que discurre superpuesto a la médula espinal ) del que parten las vías energéticas secundarias denominadas nadis o meridianos que son los encargados de distribuir la energía por todo el cuerpo hacia átomos, moleculas, y células que componen los órganos, glándulas y tejidos del cuerpo material, emocional y mental,los cuales se nutren de ella y la utilizan para mantener sus funciones vitales.
Cada chakra tiene una vibración y por tanto un color propio, un número determinado de pétalos y un sonido armonizante. Cada ser posee su propia gama de vibraciones cromáticas, aunque predomina el propio del chakra. Los pétalos simbolizan los nadis adheridos a ellos y los órganos implicados en el trabajo psíquico-físico que realizan.
Un chakra desequilibrado o un nadi bloqueado se vuelve insensible, luego, a medida la energía fluye de nuevo libremente por él, volvemos a sentir las sensaciones que en su momento han provocado el bloqueo. Puede ser miedo, ira o cualquier sentimiento negativo que desaparecerá a medida que vaya aflorando a la superficie, para luego sentirnos definitivamente liberados.